sábado, 3 de enero de 2009

Reichspogromnacht: La noche de los cristales rotos.

Soldado marroquí en la frontera

Relatos de dos inmigrantes sobre lo ocurrido en Marruecos y en el CETI de Melilla la noche del 31-12-2008:

Marruecos:

Un grupo de 60 inmigrantes se aproximaba a Melilla unos minutos después de las doce para intentar entrar en la ciudad. De repente, aun lejos de la valla fronteriza, se vieron acorralados por un numeroso grupo de militares marroquíes que les estaban esperando. El pánico hizo que parte de ellos intentaran escapar del cerco e inmediatamente comenzaron a sonar disparos, la gente caía al suelo sangrando y gritando de dolor...Muy pocos pudieron escapar. El resto del grupo, la mayoría, permaneció quieto. Cuando cesaron los disparos los militares cayeron sobre los demás con bastones de madera y comenzaron a golpearlos, les golpeaban en los brazos y en las piernas con el ánimo de romperlos y que no pudieran escapar, en muchos casos lo consiguieron.

Según las informaciones que nos dan pueden haber unos veinte heridos de bala y-0 con brazos y piernas rotos, un fallecido por arma de fuego y, de 14 a 16 detenidos en la comisaría de Nador a la espera de ser deportados al desierto.

CETI  de Melilla:

Cerca de 50 inmigrantes, muchos de ellos mujeres, fueron a la Iglesia Evangélica a celebrar el fin de año. Sobre las 12:30 h. regresaron al CETI y cuando llegaron no les dejaron entrar a pesar de que estaba lloviendo. 

Los vigilantes les dijeron que tenían que pasar la noche en la calle y que podrían entrar al campo a las 9 de la mañana. Los inmigrantes insistieron en entrar dadas las condiciones meteorológicas  y que había muchas mujeres entre ellos. Los vigilantes no solo se negaron sino que terminaron emprendiéndola a golpes con ellos e incluso llegaron a esposar a una persona y requerir la asistencia de la Guardia Civil.

Decenas de testigos presenciales afirman que en ningún momento los inmigrantes se mostraron violentos ni profirieron insultos, no obstante los vigilantes informaron a la Guardia Civil que habían intentado agredirles. La Guardia Civil normalizó la situación, según los testimonios actuó de forma correcta con los inmigrantes. Personal del CETI retiró la tarjeta de interno a todos los presentes y los dejaron en la calle hasta las 11 de la mañana. Pasaron toda la fría noche en la calle, bajo la lluvia,  con el helicóptero volando sobre sus cabezas iluminando la frontera y anunciando un mal presagio.

Dos días después aún no les han devuelto la tarjeta de interno, sin ella no pueden salir del CETI.