sábado, 11 de septiembre de 2010

Editorial del diario Melilla Hoy del 10-09-2010

Es ahora cuando más se nota la ausencia de los bengalíes, y también de aquellas organizaciones que en su día se beneficiaron del apoyo de estos humildes inmigrantes


Ausencia

Melilla siente desde el martes la ausencia de los casi 50 inmigrantes de Bangladesh que han formado parte de esta ciudad en los últimos cinco años. Ese día, de madrugada, los siempre amables bengalíes fueron detenidos y llevados a los calabozos de comisaría para, desde allí, trasladarlos a declarar ante el juez. Ayer, cuando ni la ciudad se había despertado, fueron metidos en dos aviones rumbo a Barcelona.
Es como si el Gobierno se avergonzara de cómo ha actuado con estos inmigrantes, cuyo único “delito” ha sido recorrer miles de kilómetros para llegar clandestinamente a Melilla en busca de un futuro mejor. Ni siquiera imaginaban que estarían cinco años sin poder salir de la diminuta ciudad autónoma porque el Gobierno Zapatero era incapaz de llegar a un acuerdo con Bangladesh para que éste reconociera a sus compatriotas y permitiera su repatriación. Ahora, cinco años después y casi de estrangis, España ha firmado ese convenio, no se sabe a cambio de qué o de cuánto. Se abre así la puerta de salida para los queridos bengalíes, ciudadanos ejemplares que se han sabido ganar el cariño de los melillenses por su honestidad y carácter tranquilo, nada conflictivo como suele ocurrir con inmigrantes de otras nacionalidades.
Imbroda decía ayer que el Gobierno ha sido “cruel” e “inhumano” por no tener piedad con estos inmigrantes. Después de tenerlos retenidos cinco años por su incompetencia diplomática, el Gobierno que se autodenomina social da la patada a este medio centenar de inmigrantes, después de haber alimentado sus esperanzas diciéndoles que se estudiaría cada caso de manera individualizada. Así los disuadió de la larga huelga de hambre frente a la Delegación del Gobierno en plena campaña electoral hace dos años y medio. El ahora delegado, entonces candidato socialista trabajador del CETI, se fue a pegar carteles a la Plaza de las Culturas en vez de a la Plaza de España para evitar encontrarse con la triste realidad de los inmigrantes.
Eso sí, no dudó en ir a hacerse la foto con ellos meses más tarde, el Primero de Mayo de 2009, en el acto oficial de UGT, cuyo público estaba formado mayoritariamente precisamente por los inmigrantes bengalíes. Allí, como se ve en la imagen de este Editorial, Gregorio Escobar habló con los banglas, a los que seguramente repetiría eso de que sus casos se estaban estudiando uno a uno. También se hizo su respectiva foto con los inmigrantes el presidente de CpM, Mustafa Aberchán, cuyo partido aún no se ha pronunciado sobre la expulsión de los inmigrantes.
Es ahora cuando más se nota la ausencia de los bengalíes, y también de aquellas organizaciones que en su día se beneficiaron del apoyo de estos humildes inmigrantes. Ayer fue especialmente significativa la ausencia de UGT o CCOO, sindicatos que no hace mucho colocaron los petos y las banderolas a los inmigrantes para abultar en sus manifestaciones y concentraciones. También llamó la atención la ausencia de otras ONG cuya existencia radica, precisamente, en ayudar a los inmigrantes. Un gesto que denota la dejadez, la injusticia o la hipocresía de algunos que con su ausencia, dan la razón a un Gobierno socialista satisfecho por haberse quitado al fin de encima el marrón que tenían con nuestros amigos de Bangladesh.