domingo, 5 de abril de 2009

A TENER EN CUENTA EN EL ESTUDIO SOBRE LA POBREZA EN MELILLA. Que nadie diga después que no lo sabía.


Se llama Sabria y tiene 30 años. El trabajo duro y las penalidades han dejado en su cuerpo y en su alma una huella imborrable, pero ella dice que va a seguir luchando para sacar a sus tres hijas adelante como sea.

Sabria llegó a Melilla hace algo más de once años, cuando era una cría. Escapó a Melilla después de que su padre se casara con otra mujer dejando a su madre y sus hermanos en una miseria aún mayor de la que vivían con él.

A este lado de la frontera sus sueños de niña se volvieron pesadilla, durante 11 años ha trabajado en casas particulares sin conseguir un solo contrato de trabajo, tampoco ha podido regularizar su situación en España, ni siquiera está inscrita en el padrón municipal a pesar de que es madre de tres niñas de nacionalidad española.

 Su marido se marchó, las dejó solas, y no solo no se molestó en regularizar  su situación, sino que además la maltrataba.  Hoy no contribuye a la alimentación de la familia, pero su presencia es notoria en sus pesadillas y en un teléfono móvil que le ha entregado la policía…por si acaso vuelve para maltratarla otra vez.

Como las cosas siempre se pueden poner peor, hace dos semanas se le hundió el techo de su casa y tuvo que desalojarla. La policía la llevó a una pensión barata pero decente y suficiente para ella y sus hijas. Días después a la Consejería de Bienestar Social le pareció demasiado cara la pensión y decidieron cambiarla de sitio….Ahora viven las cuatro en una habitación de 6 metros cuadrados, en una zona donde se ejerce habitualmente la prostitución y donde cualquiera puede encontrar fácilmente todo tipo de drogas…Junto a la frontera por la que entró hace 11 años y que hoy vuelve a tener, amenazante, a pocos metros.

El viernes acompañamos  a Sabria y sus tres hijas al comedor social para recoger la comida del día y los bocadillos para el fin de semana…. cuatro Km. andando con las niñas para recoger los bocadillos del fin de semana…. Cuatro Km.. Andando para llevarla al colegio.

Cuando la dejamos no cesamos de hacernos preguntas: ¿porqué no tiene la protección que se debe a las mujeres que sufren violencia de sus maridos? ¿Porqué tienen que estar las niñas en un ambiente de prostitución y drogas? ¿Cómo es posible que no tenga la documentación en regla? ¿Cómo puede ser que la Ciudad Autónoma no permita que se inscriba en el padrón?

Por si acaso la Consejería de Bienestar Social y las Ong´s que van a estudiar próximamente la situación de la pobreza en Melilla, o cualquier otro responsable en estos temas, no conocieran la situación de Sabria y la de docenas de mujeres que como ella se han dejado media vida trabajando como esclavas en nuestra ciudad sufriendo muchas veces abusos de todo tipo por estar indocumentadas, y que finalmente hoy solo son acreedoras de una pensión barata y unos bocadillos para sus hijos…

¡¡¡Va este vídeo!!!

 Con el que Sabria y nosotros queremos que  nadie pueda decir:

 - No sabía que esto pasaba-