La firma invitada

A la memoria de una porteadora marroquí

Juan Garbín Vereda

Última actualización 27/11/2008@01:20:34 GMT+1

No sé quien eras ni dónde naciste al otro lado de la frontera; no sabía nada de ti hasta que la tragedia te envolvió en el eco de una muerte si no anunciada, sí de peligro inmediato, por las circunstancias de un trabajo duro, casi de esclavitud, de muchas horas, o, mejor dicho, de días sin más manillas del reloj que el aguante de tu cuerpo.

Estamos melillenses y nadorenses y demás pueblos o aldeas vecinas, tan cerca y tan lejos, que nos miramos pero no nos vemos. Españoles y marroquíes, norteafricanos que somos por nacimiento, y sin embargo no sabemos nada o, tal vez la indiferencia nos lleva a pasar desapercibidos en una línea, en una frontera tan irreal como la propia vida. estamos pero no estamos, cruzamos de un lado a otro, nos posicionamos dentro y fuera de los vehículos sin saborear el paisaje, de nuestra gente a un lado y otro; incluso permitimos a un lado y otro a que esta forma de trabajo, la del porteadoras y porteadores cargados hasta que los riñones estallen en un día en medio de la multitud, sin hacer nada para dignificar y hacer justicia de tan duro, penoso y esclavo trabajo.

No sé quién eras, ni como te llamabas, pero un mal día una especie de estampida humana, para llegar antes y poder llevar un euro más a la casa, fuiste arrollada, pisoteada, por quienes iban en busca de unos pocos, poquísimos euros a la casa. Ese aciago día te esperaba el final y el principio de otra vida, donde no habrá más miseria, más explotadores, más poder humano que no ven en esas enormes colas de personas sino fardos, muchos fardos y, ... debajo de ellos, un corazón, en este caso de mujer, que veía pasar la. vida como una carga insoportable. Hoy te llora quienes más te sienten, tu familia. Quienes hacen grandes negocios con tu fatiga, con tu trabajo y el de miles de personas, seguirán sin saber quién eras, qué sentías como te llamabas, esas personas solo cuentan fardos y fajos de billetes a un lado y otro de la frontera.

Desde aquí yo pido, al igual que lo han hecho públicamente, las organizaciones no gubernamentales melillenses APDH Y PRODEIN, junto a la treintena de personas que les acompañaron ante la Delegación del Gobierno, lo mismo que ellos, coma por coma y punto por punto!.Lo hago en tu memoria, porque no hay derecho a que unos y unas trabajadoras, porteadores/as sean ignorados en sus derechos humanos a un lado y otro de una frontera con tantas carencias para quienes trabajan sin apenas salario, que hierve la sensibilidad del ser humano. Mientras tanto ¿qué hacen por remediar los poderosos de un lado y otro de una frontera tan irreal como la vida misma? Cuando
hablamos de seres humanos. ¿Dónde estamos ubicados UNOS y OTROS ? ¿ En qué corazón latimos al unísono o por separado? El tuyo desgraciadamente dejó de latir bajo una marca de cuerpos, piernas y carreras. No te conocía más tu muerte no puede, no debe de ser en vano.