miércoles, 18 de junio de 2008

SOBRE "EL COMERCIO ATÍPICO"



El contrabando es una de las principales actividades económicas de la ciudad. Se benefician de esta actividad unas pocas familias de ambos lados de la frontera y trabajan en ella cerca de 30.000 personas, casi todas mujeres, en régimen de esclavitud.
La actividad delictiva (http://noticias.juridicas.com/base_datos/Penal/lo12-1995.html) es consentida por los gobiernos de ambos lados de la frontera y es justificada como una actividad necesaria de la que puede comer mucha gente que de otra forma carecerían de los alimentos más básicos.
Naturalmente dicha actividad genera un nivel de corrupción difícil de imaginar entre los funcionarios de fronteras, corrupción visible a simple vista y conocida por todos (Especialmente en el lado marroquí).
Esta actividad se venía realizando en la frontera de Beni Enzar, la frontera principal de Melilla con Marruecos, aquí las esclavas del contrabando se mezclaban con turistas, migrantes que volvían a su país etc. Dejándo perplejos a los usuarios de las instalaciones fronterizas.
Al parecer las autoridades marroquíes decidieron evitar el desgaste de imagen que supone realizar dicha actividad públicamente y decidieron que el contrabando se realizara en otro lugar. Desde el lunes se ha habilitado para realizarlo el puesto fronterizo del Barrio Chino, puesto fronterizo difícilmente accesible a la mirada de turistas y otros usuarios habituales de la frontera Hispano-Marroquí.
Se da la circunstancia de que en la zona del Barrio Chino ocurrieron gran parte de los lamentables sucesos del 2005 en los que decenas de inmigrantes perdieron la vida y cientos de ellos resultaron heridos. Aquellos inmigrantes también carecían de los alimentos más básicos pero no recibieron “ni la gracia de trabajar como esclavos” y fueron recibidos a tiros.
A partir de esta semana 30.000 mujeres inmigrantes, indigentes, podrán seguir trabajando como esclavas sobre una tierra ensangrentada, pero sinceramente, no creemos que sea por razones humanitarias, ni para que consigan los alimentos básicos necesarios.