Mohamed y Ouafe
son una joven pareja que se ha instalado en una tienda de campaña en las
afueras del CETI de Melilla. Pertenecen a ese colectivo cada vez más numeroso
de personas, que por razones muy justificadas, han tenido que desplazarse de su
país y desde entonces no han encontrado un lugar que les acoja, un lugar en el
que asentarse.
Mohamed es de
Tartús, es sirio y Ouafe es de Rabat, es marroquí.
Pasan el día
dando paseos junto al CETI, cogidos de la mano casi siempre y haciéndose
carantoñas el uno al otro, ajenos a que son ellos los que tienen en jaque a las fronteras de Europa, la
movilidad en el espacio Schengen, ellos son los que han provocado acuerdos anti
natura entre las democracias del norte y las dictaduras del sur. Han cambiado
políticas nacionales y políticas globales, están defenestrando a líderes
políticos a los que ni la recesión económica hizo estornudar, han avergonzado a
los hipócritas, han puesto en cuestión la aplicación de las normas
internacionales de Asilo y DDHH en la zona paradigma de los mismos: La UE… y hasta han conseguido que la OTAN desplace
barcos en el Mediterráneo.
Y allí están los
muy inconscientes… ¡Haciéndose carantoñas y viviendo en una tienda de
campaña!... Haciendo apología de lo humano y mostrando su dignidad con una
irreverencia absoluta ¡Dinamitando el sistema!
Mohamed tiene
varias edades, como corresponde a ese colectivo de millones de personas que no
tienen sitio en este mundo, en su pasaporte es menor de edad pero realmente
tiene 19 años. Su familia decidió marcharse de Siria cuando los bombardeos
destrozaron el pequeño restaurante que regentaban. En total eran 8 miembros que
tuvieron que hacer un largo recorrido durante varios meses: Líbano, Argelia,
Túnez, Argelia otra vez, Marruecos… Lograron entrar a Melilla el pasado mes de
octubre.
Mohamed fue el
último de la familia en pasar la frontera de Beni Enzar. En Marruecos solo les
quedaba dinero para pagar a las mafias parapoliciales marroquíes el paso de
tres personas. Los demás tuvieron que pasar a las bravas pagando con: arrestos,
detenciones y golpes. A Mohamed se le transforma la cara cuando cuenta que un día
lo metieron en un calabozo junto a otros tres sirios y una mujer, con ellos
entraron también cinco policías que no pararon de golpearles durante un buen
rato. Todos intentaban proteger a la mujer pero… ¡Entonces les pegaban más!
Sin cambiar la
expresión seria de su cara sigue relatando que todos los problemas empezaron
cuando se les acabó el dinero. Habla de mujeres y niños que estaban en la calle
sin agua ni comida, esperando poder colarse algún día en Melilla, cierra los
ojos y baja la cabeza haciendo gestos de reproche y rabia.
A su lado Ouafe
le coge la mano y nos dice que conoció a
Mohamed en Rabat.
Ouafe estudiaba
en la universidad para ser profesora de inglés pero su familia apañó su boda
con un hombre mayor. Entonces se unió a Mohamed y su familia y se puso en
camino con ellos hacia la frontera de Melilla.
Ouafe fue la
primera en pasar la frontera, lo consiguió en el segundo intento sin gran
dificultad al ser marroquí y al llegar
al lado español pidió asilo.
En Noviembre la
familia de Mohamed fue autorizada a salir de Melilla ¡pero no Ouafe! Mohamed no
quería irse, quería quedarse con ella pero le obligaron a irse porque según su
pasaporte era menor de edad y debía marchar con la familia. Ouafe quedó
entonces sola, interna en el CETI esperando la resolución de su solicitud de
asilo hasta que a principios de febrero recibió la notificación negándoselo y
fue expulsada del CETI, quedando en la calle.
Mohamed cogió
inmediatamente un autobús en Bruselas y recorriendo media Europa, volvió a
Melilla para reunirse con ella…
Y allí están los muy inconscientes ¡Haciéndose
carantoñas y viviendo en una tienda de campaña!... Haciendo apología de lo
humano y mostrando su dignidad con una irreverencia absoluta ¡Dinamitando el
sistema! ¡Invencibles!