Sergio
y Estefanía tenían las horas contadas en Melilla. Este domingo se
marchaban de la ciudad en la que han nacido y se han criado para
reunirse con sus hijos en Madrid, uno de dos años y una niña de
meses, donde reside la madre de ella.
La
pareja llevaba ya cuatro meses viviendo en las calles de Melilla de
la caridad, sin ninguna ayuda oficial. Hace varios meses que tuvieron
que mandar a su hijo a Madrid porque no podían mantener a los dos
pequeños, hace una semana la niña también se marchó. Estefanía
cuenta que Sergio tiene desde ese día dolores de estómago muy
fuertes, aunque él lo niega, porque no soporta estar sin la niña.
La
pareja no ha perdido el tiempo durante estos meses: Han pateado toda
la ciudad pidiendo trabajo, han entrado en todas las oficinas del
Ayuntamiento haciendo lo mismo, han solicitado las ayudas más
básicas en Bienestar Social y … ¡todo se lo han negado! El
motivo: Ella y la hija no están en el padrón. Estefanía se marchó
unos meses a Madrid para dar a luz junto a su familia y a la vuelta
como no tienen casa no pudo volver a empadronarse. Las consecuencias
han sido dramáticas para la familia.
Hasta
ayer la cosa pintaba negra ¡Muy negra!… Con los niños en Madrid,
los billetes en el bolsillo y todas las puertas cerradas en la
ciudad, no quedaba más que esperar que pasaran unas cuantas horas
para emprender el viaje. Después de meses de lucha en los que
Bienestar Social les ha negado hasta un plato de comida y una
habitación donde refugiarse la pareja parecía definitivamente
rendida.
A
media tarde de ayer (viernes) el teléfono sonó. Al otro lado una
voz desconocida les informaba de que les daban una casa en "alquiler
cero" hasta que su situación se normalizara. La pareja no se lo
podía creer. Más tarde tuvieron una cita con "la voz" y
pudieron comprobar que no era una broma, que la solidaridad humana
existe todavía y que puede romper el círculo de corrupción, de
nepotismo y de expolio que están sufriendo los ciudadanos de este
país y concretamente de esta ciudad.
Desde
ayer se paró el reloj y ahora gira hacia atrás. Sergio y Estefanía
han roto los billetes y están tramitando otros nuevos para 4
personas, pero esta vez de vuelta a Melilla.
No
pueden evitar hablar dolidos del trato institucional recibido y con
esperanza en la viabilidad de seguir en su ciudad. Si ayer decían
que esta es la Melilla de Imbroda y su banda, hoy dicen que se van a
quedar y van a seguir luchando por ellos, por sus hijos y por una
Melilla de los ciudadanos.