viernes, 14 de noviembre de 2008

¿LOS INMIGRANTES VIOLENTOS?

Ejercito marroquí desplegado
en la frontera de Melilla
DIARIO: MELILLA HOY
Última actualización 13/11/2008@00:38:35 GMT+1
Según la Delegación del Gobierno, los inmigrantes que protagonizaron la avalancha el pasado lunes en el puesto fronterizo de Beni-Enzar iban armados con piedras y palos. Según Marruecos, los subsaharianos iban provistos de hachas y cuchillos. Sin embargo, algunas de las ONG que trabajan habitualmente con los inmigrantes en Melilla, como Pro Derechos de la Infancia (Prodein) y la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH), no se creen ninguna de estas dos versiones y piensan que forman parte de una campaña orquestada por las autoridades de ambos países para “justificar el empleo del material con el que están reprimiendo estas entradas”.

“Se está criminalizando a un grupo de personas que no son precisamente violentas”. Ésta es la principal conclusión que algunas de las ONG que trabajan con los inmigrantes en nuestra ciudad, como Pro Derechos de la Infancia (Prodein) y la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH), han sacado tras observar la manera con la que las autoridades de España y Marruecos han informado a la opinión pública del intento de entrada masiva que tuvo lugar el pasado lunes, cuando 150 inmigrantes subsaharianos intentaron acceder a Melilla a la carrera por el puesto fronterizo de Beni-Enzar.

Tras el asalto, el Gobierno de España, a través de su Delegación en Melilla, informó de que los inmigrantes habían utilizado piedras y palos para conseguir su objetivo de entrar a nuestra ciudad. Por su parte, desde Marruecos aseguran que los subsaharianos llevaban hachas y cuchillos para utilizarlos en la avalancha.

Sin embargo, Prodein y APDH no se creen ninguna de estas dos versiones y sospechan que puede tratarse de una “campaña” por parte de ambos países para criminalizar a los inmigrantes, un colectivo que “no es precisamente violento”, con independencia de que pueda darse algún caso individual en el contexto de una avalancha, en el que “hay 150 hombres que intentan entrar a la carrera y otros tantos que tratan de impedirlo”.

Son palabras de los responsables de Prodein, José Palazón, y APDH, José Alonso, que en declaraciones a MELILLA HOY justificaron sus reticencias con las imágenes que el mismo lunes pudieron verse en prácticamente todas las televisiones del país tras la avalancha. Según recordaron, en esas imágenes se pudo ver cómo un policía marroquí echaba a otro agua oxigenada en la mano para curarle “un arañazo” y mostraban uno de los palos que utilizaron los inmigrantes, que “era una ramita de árbol que tendría el grosor de un lápiz”.

Por esta razón, tanto Palazón como Alonso dudaron de que los inmigrantes utilizaran cuchillos y hachas, como aseguran las autoridades de Marruecos, ya que “si hubiera sido así, se habrían encargado de enseñarlas en todas las televisiones y, además, habrían matado a los inmigrantes directamente si los pillan con esas armas por el camino”.

Violencia
En opinión de los dirigentes de Prodein y APDH, las autoridades de España y Marruecos han emprendido “una campaña de poner el parche antes de que salga el grano para justificar el empleo del material que utilizan para reprimir estas entradas”, que consideraron innecesario en estos momentos porque “esta situación no es como la que se dio en 2005”, cuando diariamente saltaban la valla fronteriza varios centenares de inmigrantes.

Además, Alonso sospechó que la avalancha del pasado lunes podría haber sido preparada por Marruecos para pedir más dinero al Gobierno de España aprovechando la visita del ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, que ese mismo día estuvo en Marrakech. “Estas grandes avalanchas coinciden siempre que hay autoridades españolas en Marruecos”, apostilló Alonso.

Asimismo, los responsables de ambas ONG dudaron de que en las inmediaciones de Melilla pueda haber bolsas de inmigrantes, debido a la “enorme represión” que está ejerciendo la policía marroquí. Según dijeron, hay algunos subsaharianos escondidos en casas particulares, aunque la mayoría vienen caminando e intentan entrar en cuanto llegan a la frontera.